
CAPITULO 3
El re-encuentro
¿Pero que quiere?
Me pregunto una y otra vez, recordando la última vez que nos vimos y todo aquello que vivimos, recordando la última vez que nos vimos, la noche en que descubrí que él era casado…
Noviembre 12 del 2003, estábamos celebrando el cumpleaños de Eduardo un amigo en común, se sentía el ambiente un poco diferente esa noche, Adriano estaba perdido en su mundo mientras yo bailaba el presente sin ningún remordimiento… de lejos le veo discutir con una mujer que jamás había visto, me detengo muy curiosa y Santana me sostiene
- No vallas allí, por favor…
- ¿Qué pasa? Pregunto.
En ese momento se acerca Eduardo y me toma por la cintura mirándome muy tiernamente y comienza a bailar conmigo, yo trato de detenerlo pero el solo me susurra al oído… Esa que está ahí con Adriano, es su esposa, evitemos el problema y déjalo ir.
- Mi corazón se detiene y mis rodillas se doblan solas… me sentía tan vulnerable y destruida por dentro, me sujeto fuertemente de Eduardo escondiendo mi rostro en su cuello, la verdad no se qué hacer, volteo de nuevo a ver qué sucede y Adriano ya no esta
Natalia me mira a lo lejos y veo entrar a Santana con la cara blanca, me suelto de Eduardo y corro a ver qué demonios pasa!!!
- Natalia me detiene y me dice Mafer es casado, todo este tiempo ha mentido el tiene años de casado y su esposa lo acaba de encontrar aquí contigo por favor no salgas,
- Mis ojos se llenan de lágrimas y mi cara de rencor… El corazón no solo sale de mi pecho sino que también siento unas grandes ganas de vomitar esto está fuera de mis manos ella era tan victima como yo…
Volviendo al presente 2018…
Me siento perdida estos recuerdos llegan como si hubieran sucedido ayer, inundando mis sentimientos y destruyendo el presente que ya no era tan seguro
- Que quiere NATALIA!
- No lo se me responde con el rostro más confundido que yo, será que… que se yo, acepta su petición de amistad… es solo Facebook a lo mejor solo quiere saber de ti.
- NO! Le respondo con un grito y unas ganas internas de decir que si…
Me ha pedido amistad por Instagran, Twitter y Snapchat
¿Quien se cree?
¿Porque me busca?
él fue quien me dejo, me abandono como si fuera un pedazo de nada, le importo muy poco como me sentía y mucho menos decirme la verdad, no solo me abandono a mi sino que también abandono todo lo que él me había hecho creer que era!
El abandono las promesas que nos hicimos y eso, eso fue peor que mentir, porque con sus promesas el me hizo creer, el lleno mi corazón de esperanzas… y luego me abandono (lagrimas caen por mi rostro)
- Cálmate, me dice Natalia… tomemos las cosas con calma y solo déjalo en visto no le demos importancia y dejemos las cosas así… vive un día a la vez como que nada de esto hubiera sucedió y veras como se desaparece, ¿ok?
Yo asiento con mi cabeza y cambiamos la conversación.
Siguen pasando las semanas y yo decido no salir, hasta que Natalia llega a mi casa.
- Te vistes y nos vamos…. Ándale! Me grita y yo que no quería decepcionarla me arreglo y salimos
Llegamos a nuestro destino una vez más, concordamos con muchos amigos del pasado Ex’s que nunca nos olvidaron y siempre se preguntaron dónde nos habíamos metido en los últimos 4 años.
Disfrutamos la noche todo iba muy bien era casi la media noche cuando me dieron unas repentinas gas de ir al baño muy tranquila caminando siento que alguien sostiene mi mano, me doy la vuelta y allí estaba Eduardo…
-no me vas a saludar me grita con una gran sonrisa y besa mi mano; - muchos recuerdos invaden mi mente en ese momento, pero tengo que controlarme
Actuó como que me siento alagada por el beso que me da en la mano y lo señalo con mi dedo índice… No cambias verdad Eduardo, le hago la pregunta con picardía y con un poco de maldad – me suelto y le digo que ya vuelvo, necesito ir al baño
Al cruzar la puerta le mando un texto a Natalia quien llega corriendo.
- Con los ojos bien abiertos y el corazón en la boca me pregunta ¿Que vas hacer Mafer?
- Yo le respondo; Como que, que voy hacer? No haré nada y saldré, le mostrare que no me importa para nada su presencia…
- Natalia solo me mira con un ojo medio abierto y el otro cerrado, porque ya estaba un poco mareada y me responde; eso es cierto “el que se enoja pierde”
- Y yo furiosa le digo; vámonos a otro lugar, que te parece
- Natalia me mira y pregunta ¿cuál de ustedes dos van a manejar?
- Obvio yo le respondo… Aunque me gana la risa porque al verla me doy cuenta que necesita bailar el alcohol para así poder volver a su casa.
No importa quién esté aquí, estamos con amigos y no nos vamos… No creo Adriano llegue, Eduardo anda solo y pues tu sabes que antes él quería andar contigo así que no creo este aquí por otra razón… dejémonos de locuras y sigamos bailando, ignóralo… me replica Natalia.
Al cruzar la puerta del baño me acerco al bar donde pido 2 botellas de agua y un mojito pero me no cuesta mucho darme cuenta que Ariadna la cantinera me sirve 2 tequilas, 2 mojitos y no botellas de agua…
- Ariadna esto no fue lo que pedí, le replico.
- Ella apunta detrás de mí y me responde, eso es lo que Adriano te manda…
Me quedo perpleja y con la maldita ganas de salir corriendo!
Volteo a buscarlo con la mirada y siento que agarran mi mano de nuevo y al voltear veo su rostro de frente, Adriano acerca su cuerpo al mío y puedo sentir el olor de su cuerpo que toma posesión de mis sentidos… puedo sentir como mi alma gime controlando mis sentidos y mis ojos, y no puedo evitar el brincar sobre el…
Adriano está demasiado cerca, pero al mismo tiempo demasiado lejos, sujeta mi mano más fuerte al ver que mis ojos no tienen ningún tipo de respuesta al verlo y al sentir que me derrumbo por dentro.
- Adriano: Hola, como estas?
- Yo: (con la voz un poco fingida) Hola Príncipe! Como estas? Donde has estado…? Digo perdón como has estado? Y le doy un beso en la mejilla.
- Adriano: aquí he estado siempre… te esperaba, te buscaba pero no volviste.
- Yo: no te entiendo de que hablas.
- Adriano: Yo se que tú piensas en mí, lo veo en tus ojos… Yo si te he extrañado.
Siento como su corazón se agita y puedo ver como sus ojos sufren de no ver una reacción en mi rostro y el no deja de hablar… Habla y habla y habla… y yo solo quiero llorar…